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sábado, 2 de mayo de 2015

CURAS Y FRAILES


Curas y Frailes


Bullas. Casa de la Cultura. 20’30 h.  del 20 de mayo de 2010. Aula casi completa de familiares, amigos y simpatizantes del cronista oficial bullense, Juan Sánchez Pérez, que presenta su libro “Curas y Frailes de Bullas y La Copa”. En la tribuna, además de la concejala de cultura, que inicia el acto, el alcalde de la localidad, Esteban Egea, que lo concluye. El autor de la obra biográfica está, también, acompañado por dos sacerdotes de su personal aprecio: uno, sobrino suyo, Joaquín Sánchez; otro, especialista en Sagrada Escritura, Cristóbal Sevilla, que hace de presentador oficial del libro. Frente a los cinco, un auditorio que refrenda las palabras de cada orador con cálidos aplausos y aquiescencia afectiva. Han venido de Caravaca de la Cruz, de Cehegín, de Mula, de Ulea, de Murcia, etc,  para no perderse detalle sobre un libro, adquirido a la entrada por el módico precio de 15 euros, escrito para enaltecer las glorias del clero bullense, al tiempo que poner un granito de arena en la celebración, que ya va tocando a su fin, del Jubileo Sacerdotal, promulgado por el papa Benedicto XVI, con motivo del 150 aniversario del fallecimiento de san Juan María Vianney, patrono de los curas párroco del orbe católico.
El verbo de los que arropan al autor, tanto por parte de los representantes políticos como de sus hermanos en el ministerio pastoral, glosan la figura del cura cronista en su faceta más humana: su capacidad de  escucha y su sensibilidad, dotes que todo buen sacerdote debe tener. Él, en cambio, habló del libro en cuestión, manifestando que las ausencias o lapsus del mismo se deben, bien a su propio despiste, bien a la falta de aportación de sus paisanos protagonistas de la citada obra. Fallos, por tanto, involuntarios unos y voluntarios otros, que merman la actual edición en su cantidad, mas no en su calidad.
El autor hace un elenco y crónica de aquellos sacerdotes y religiosos nacidos en Bullas desde que este pueblo tuviera parroquia y pila bautismal propios. También, de aquellos que ejercieron su ministerio pastoral en  Bullas o en La Copa, aunque no fueran bullenses de nacimiento. Y de otros que, por circunstancias históricas, tuvieron con la feligresía de Bullas especial relación. El libro, que está ilustrado con sendas fotografías de los mencionados clérigos, incluye en sus páginas una semblanza exhaustiva de su paisano Fernando Gea Ruiz que, no siendo cura ni fraile, lo considera figura especial de Bullas, al ser un focolarino entregado en cuerpo y alma al movimiento que, en 1945, creara la famosa y llorada Chiara Lubich, a la que, seguramente, pronto veremos en los altares. Y contiene, igualmente, una curiosa lista de los sacristanes que ayudaron a los citados curas desde 1670. El libro, prologado por el Vicario General y Judicial de Diócesis, Miguel Ángel Cárceles, se cierra con el testimonio gráfico de los sacerdotes inhumados en el panteón de los curas, lugar en el que desea el autor esperar la resurrección de la carne, encargando a un servidor que así se cumpla en él y en la persona de su tío, el ínclito Padre Fermín María, franciscano casi centenario, que abriga el mismo deseo; y con un bello recuerdo gráfico de la cinta de seda con que su madre ató las manos consagradas del autor, allá por 1963. 
Pidió el autor que se le facilitara material, ahora incompleto, para una posible segunda edición, que, sin duda, será más justa y completa, pues, como antes apuntaba, faltan muchos sacerdotes o religiosos, curas y frailes que, por motivos que no son del caso enumerar, dieron en su día gloria a esta población del noroeste murciano. Esas glorias no se pierden por posteriores opciones de vida. Máxime, cuando éstas son complementarias y no renuncias de la opción fundamental. Estamos seguros que una segunda edición, en este sentido, diría mucho y bueno del talante abierto, sensible, culto, sacerdotal y católico del ilustre cronista de Bullas, Juan Sánchez Pérez, que ya fue homenajeado por este periódico en 2003, y al que se le vuelve a felicitar por este libro que hemos comentado.

Alfonso Gil González 

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