Desde mi celda doméstica
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viernes, 8 de mayo de 2015

FERIA DE SAN ZENÓN


La feria de san Zenón


   Este año, recupera Cehegín una taurina tradición que, según los entendidos, se inició en los albores del siglo XVIII. En realidad, es una feria taurina. Prácticamente, cuatro días intensos, con motivo del antiguo patronazgo de esta localidad, alrededor del hermano toro, este bello y fuerte animal astado, símbolo hispano y osbórnico, cuya gigante silueta nos atemoriza un tanto al asomarse a nuestras carreteras desde su altozana posición publicitaria.
   Supongo que se contarán con los dedos de la mano aquellos cehegineros que sepan quién fuera san Zenón y por qué llegó a ser patrono de la Toledo murciana. Dicen que hay tres sanzenones, todos de la época aquella en que el Imperio Romano se dedicaba a la caza de cristianos, como los palentinos, ahora, a la de topillos. Uno moriría decapitado, a otro se le arrancó la dentadura a pedradas por enfrentarse al último de los césares, y el último moriría en un horno. Lo curioso es que de los tres se dice que eran soldados.
   En la italiana Verona hay una tabla, pintada al óleo por Andrea Mantegha, con la imagen de este santo varón, sita en su propia basílica. Pero éste era natural de Mauritania y llegó a ser obispo veronés,  desde cuya cátedra habló sabiamente sobre la inseparabilidad de la fe, esperanza y amor. Y puso en guardia a los creyentes contra la caterva arriana a través de un centenar de sermones.
   Mártir o no, soldado u obispo, Cehegín lo tiene como copatrono, y su talla de santo militar fue bendecida hace poco, y la Asociación pro Encierros lo tiene en sitio preferente. Ahora son sus fiestas. Ahora vuelven ritos ancestrales. Ahora, una vez más, lo santo es buena razón para la alegría y la sana convivencia populares. Todo estará bien, si nuestros toros no ascienden a los áureos pedestales de Aarón. 
   

Alfonso Gil González

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