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jueves, 7 de mayo de 2015

JUVENTUD ANTONIANA CEHEGINERA


JUVENTUD ANTONIANA CEHEGINERA 

Prólogo.


He aquí un opúsculo sobre la Juventud Antoniana de Cehegín, que comprende el trienio 1959-1961. Un pequeño y bello ramillete de flores tomado del inmenso jardín plantado en nuestro pueblo el 15 de junio de 1913, siendo Provincial el franciscano P. Antonio Martín, y siendo su primer jardinero-director el P. Buenvantura López. 
Cristóbal González nos ofrece esta obrita con el mismo cariño con que recuerda el trienio de sus responsabilidades al frente de la Juventud Antoniana de su ciudad. Parodiando al político inglés, nunca tan pocos hicieron tanto por la vida social, cívica y religiosa de este pueblo de las Maravillas. La juventud ceheginera hallaba en esta Asociación la perfecta canalización de sus inquietudes, la escuela donde forjar su ideales, el taller donde construir su proyecto cristiano de vida entregada a las necesidades de los más débiles y de su personal programa de futuro.
En realidad, la Juventud Antoniana era un fruto más de los cosechados por la Orden Franciscana en el Santuario de la Virgen de las Maravillas, Madre y Patrona de Cehegín, e inspiradora de cuanto de bueno, verdadero y bello se haya realizado en estos contornos desde 1725. Sus frailes atendieron, desde entonces, la formación humana y cristiana de lo más prometedor de la sociedad, la juventud. Cehegín no pagará jamás, como merece, la abnegada dedicación de los frailes franciscanos a estos sus hijos: en el Colegio Seráfico, a los que serían sus continuadores; en la Juventud Antoniana, a los que serían el plantel más culto y religioso de la región. Podría decirse que lo que hoy es Cehegín se debe en mucho a aquellos innumerables paisanos que militaron en la Juventud Antoniana.
Estas páginas son, debieran ser, inicio de una larga historia sobre esta Asociación de cuna franciscana. He aquí un botón de muestra. Seguro que en Cehegín, guardadas primorosamente, se hallarán en sus casas muchas más fotografías de las aquí mostradas. Y miles de recuerdos y anécdotas que afloran a la mente, de vez en cuando, en aquellos que fueron antonianos. Yo mostraré tan sólo, e imaginariamente, la foto y el recuerdo de uno de sus más preclaros directores, que pronto veremos en los altares: el Padre Antonio Faúndez, mártir de la última gran persecución religiosa en España. A él vayan dedicadas, con permiso de su autor, estas otras fotos y recuerdos de su ceheginera Juventud Antoniana.


Alfonso Gil González

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