Desde mi celda doméstica
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martes, 8 de septiembre de 2015

FLORECILLAS ALFONSINAS (Capítulo Septuagesimoctavo)


Capítulo LXXVIII


Muerta la Peseta… ¡Viva el Euro!

Mi padre Alfonso empezaba así el año 2002: ¡Gracias, Señor, por este año nuevo. Que sea para tu gloria!
Dice que la primera persona que le felicitó el nuevo año, nada más concluir las campanadas del reloj de la Puerta del Sol de Madrid, fue su amigo Antonio González “Motolite”.
En España, la Peseta dejó de ser moneda oficial, y se implantó el Euro que, a partir de ahora, será la moneda común de Europa.
En Caravaca, saludó a un nuevo cura casado, Víctor Manuel López Navarro, que trabajaba, para ganarse el pan, en una empresa jumillana de vinos.
Asiste, el 6, por la tarde, en la Casa de la Cultura, a la presentación de la Banda Juvenil de la Sociedad Musical de Cehegín.
El 8, había terminado la traducción del Evangelio concordado y del libro de Los Hechos de los Apóstoles.
El 22, entrevistaba, para la televisión local, a Maravillas del Amor Durán, una ex religiosa salesiana. Dos días después, iba a Murcia, a la Exposición Huellas, en cuya Catedral hizo una breve e interesante entrevista al comisario de la misma, Cristóbal Belda.
Avisado por Silvestre del Amor, Delegado Diocesano de Cofradías, hubo de ir a Murcia y Bullas para la solución de un problema generado entre el párroco de ésta y el cabildo de cofradías. Todo se resolvió favorablemente.
El 30, entrevistó al presidente de la ONG Amigos de la ciudad bielorrusa de Moguilev. El 1 de febrero, entrevistaba a ramón Jiménez Madrid, crítico literario que había ido a dar una charla en el Cehegín Cultural. El 6, entrevistaría a Domigo Aranda, alcalde de Caravaca.
Cayó fatal en el PSOE ceheginero la negativa de la Junta Central de Cofradias a que el alcalde presentara al pregonero de la Semana Santa. Luego se entenderá el porqué. Como mi padre era el Presidente, él se llevó las malas caras y los comentarios adversos. Hasta el mismísimo alcalde lo llamó, quejándose de que no defendiera su participación activa en el Pregón. Pero mi padre se mantuvo firme en desligar lo político de lo religioso. Si el Pregonero, este año, era el Presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia, lo iba a hacer como católico y cofrade. Estaría presidido el acto del Pregón por el señor Obispo de la Diócesis, y, en el mismo, dejó claramente mi padre la cuestión. Tan impresionado quedarían Obispo y Presidente Valcárcel, que éste prometió volver para la Procesión de Viernes Santo. Lo que así hizo.
El 9 de febrero, asistió, en la Casa de la Cultura, al recital que yo dí con motivo de la campaña de Manos Unidas. Se trataba de un concierto solidario, en el que intervinimos los cantautores Francisco José Tomás, la Banda del Pepo, Loren y yo. El lema de esa campaña era Si quieres la paz, defiende la justicia.
El 13, acompañó a mi madre en su viaje a Madrid, pues tenía revisión médica. Era Miércoles de Ceniza, y participaron en la liturgia de la Parroquia Nuestra Madre del Dolor. De regreso, al día siguiente, se detuvo en las Clarisas de Hellín, como de costumbre, que les obsequiaron e invitaron a las “profesiones religiosas” de algunas de ellas.
No sé por qué, pero, el 15, refiriéndose a su segundo hijo, deja escrito en su agenda: No se encuentra bien, Señor, y sólo Tú puedes ayudarle. 
Invitado por el Presidente de la Semana Santa de Caravaca de la Cruz, mi padre asiste, el 18, a la convocatoria que hizo el vicario episcopal de zona, con vistas a preparar el Año Jubilar caravaqueño. Estaba preocupado el presidente de la agrupación de cofradías en recuperar para los sanjuanistas antiguas procesiones. Durante este mes, al igual que pasó en el anterior, se vería frecuentemente con mi padre.
El 22, entrevista al alcalde de Bullas, que, ese año, era el socialista José María López Sánchez.
Ya en marzo de 2002, el 2, viaja con el Coro que dirige a la ciudad de Lorca, invitados por el Paso Azul, para cantar en la iglesia de San Francisco la Misa Solemne de Charles Gounod, y otras piezas propias de ese tiempo, que lo era de Cuaresma. Al día siguiente, participaría, en Cieza, en la celebración del día del nazareno. La Eucaristía de la tarde fue presidida por Silvestre del Amor, ya citado anteriormente. Pero, cuando ya la Procesión estaba totalmente en la calle, la lluvia pertinaz obligó a recogerse rápidamente, quedando deslucido el más solemne acto con que se cierra ese “día”.
El 5, fallecía mi tío abuelo Juan, hermano de mi abuela Maravillas, cuya Misa de entierro se celebró en la iglesia del convento.
El 14, pronunció una conferencia, en Caravaca, para presidentes y cofrades de Semana Santa.




Pregón caravaqueño

El 16 de marzo de 2002, fue mi padre con el Coro a la Parroquia de San Pío X, de Murcia, donde dio un Concierto Sacro. La concejala de cultura del Ayuntamiento murciano le hizo entrega de un escudo de la ciudad, y el párroco de San Pío X les invitó a merendar. Dicho concierto sacro lo repetirían en la iglesia de la Purísima Concepción de Cehegín, días más tarde.
Al día siguiente, se acercó al pueblo de Pliego, en cuya iglesia parroquial de Santiago daría el Pregón de Semana Santa el Delegado Diocesano de Hermandades, Silvestre del Amor, el cual tuvo palabras de elogio hacia mi padre, por entonces Presidente de la Semana Santa de Cehegín. Luego, la Junta de Cofradías de Pliego les invitó a cenar en el restaurante El Mesón. Había comido, a mediodía, con cuantos habían acudido a la III Concentración Nacional de Bandas de Tambores y Cornetas “Ciudad de Cehegín”, en el restaurante La Fama. El alcalde socialista, molesto por no dejarle mi padre se inmiscuyera en la Semana Santa, se negó a saludarle, pero papá consiguió que lo hiciera, tras decirle: No seas reconcoroso.
El 22 de marzo, Radio Ilusión le entrevistó por teléfono para que hablara de la Semana Santa. Al acabar, llamó a Presidencia de la Región de Murcia para ver la posibilidad de volver a grabar el Pregón dado por el Presidente Valcárcel, puesto que la televisión local no lo había emitido en su día por causas desconocidas e increíbles para la audiencia ceheginera. Paradójicamente, ese dato, así como su presencia, junto a mi padre, en la presidencia de la Procesión de Viernes Santo, según había prometido, conseguiría para su partido político el próximo triunfo electoral en Cehegín. ¡Cosas de la vida!
El 24 de marzo, Domingo de Ramos, mi padre pronunció el Pregón de la Semana Santa de Caravaca de la Cruz en la Parroquia del Salvador. Estaba completamente afónico. A su término, le entregaron una placa y una figura nazarena, y la Banda de Música de Caravaca cerró el Acto con un Conciertos de Marchas Procesionales.
Sin embargo, el 4 de abril, volvería a Caravaca para asistir a la reunión de la Agrupación de Cofradías, en la sacristía de la citada iglesia del Salvador, en que dimitió su junta directiva, asumiendo los presidentes, temporalmente, el pleno gobierno de la misma. Dice mi padre que, al volver a Cehegín, a las 2,30 de la madrugada, atropelló a un gato que se le cruzó en la carretera. No era la primera vez que papá tendría que mediar en asuntos un tanto delicados. Por ejemplo, el 11, le visitaron dos responsables de la Semana Santa de Bullas, dispuestos a querellarse contra la presidenta de la Cofradía del Cristo de la Paz de Cehegín, por asuntos de trabajo, pues la tal señora era, además bordadora. Esos problemas, luego, los comentaba con el Delegado Diocesano, si de él precisaba luz para su solución; si no, los resolvía él directamente.
El 17 de abril, llevaba a su sobrina Isa a Santa Ana, cerca de Cartagena, donde tenía que dar la primera clase de la mañana, regresando inmediatamente después a Cehegín. El 20, redactaba el borrador de un Reglamento de Régimen Interior para la Junta Central de Cofradías. Dos días más tarde, preparaba una especie de calendario cofrade para Cehegín, a fin de que las Cofradías multiplicaran sus actos propios durante todo el año.
Abril se iba a cerrar con la Eucaristía celebrada en el Castillo de Caravaca de la Crus, con motivo de la coronación de los reyes cristianos, de este año, en las Fiestas del pueblo vecino. Y dirigió la Misa cantada por el Coro Ciudad de Cehegín. Ese mismo día, dejó en la Delegación Diocesana de Cofradías, un escrito conferencia sobre las cofradías y la vida cristiana. 
Y mayo de 2002 se abriría con la visita de sus amigos sevillanos y la lectura de los bellos y profundos escritos de Sor Isabel de la Trinidad. Nada me extraña, pues papá se alimentó siempre de la teología mística, y él mismo era un místico en sus conversaciones y en sus escritos poéticos.
Como comer arroz y conejo en la casa de mi tío molinero, en la huerta, era todo un ritual, su cuñado Alfonso anota en su agenda los nombres de los comensales, y de cómo remataban el ágape con cantos y anécdotas del pasado, que era toda una gozada.

En alabanza de Cristo. Amén.

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