Desde mi celda doméstica
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domingo, 27 de septiembre de 2015

LÁMINA Y MENSAJE (120)



Las Bodas de Caná de Galilea


Jesús asiste a unas bodas, en un pueblecito de Galilea, acompañado de sus discípulos y de su familia, concretamente, de su Madre.
El hecho no era como para sacarlo en primera página. Pero la Iglesia es consciente de la importancia de que las bodas cristianas estén presididas por Jesús, y de que María sea la gran intercesora de quienes comienzan una vida en común amor.
El vino es el signo de la felicidad, de la alegría, del bienestar… ¿Qué pasa cuando falta el vino y no está Jesús o María, madre de todos? ¿Qué sucede –y esto si es grave- que, aún estando, a nadie se le ocurra recurrir a Ellos para resolver tan dramática situación?
“Jesús, no tienen vino”. “María, no tenemos vino”. “Haced lo que Él os diga”.

Alfonso Gil González
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