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Obras inspiradas
Es cierto que la grandeza de una obra no está en su extensión, sino, como en el caso de la música, en su inspiración. La cinta que ahora nos ocupa tiene cuatro ejemplos que avalan esta reflexión. Empezamos con JUAN SEBASTIÁN BACH. He aquí tres pequeñas piezas para órgano: Preludio coral, Fuga en Sol mayor, y Preludio y fuga en La menor. No se puede pedir más.
Un segundo ejemplo nos lo ofrece el genio de MOZART con dos breves obras: Divertimento n. 11 en Re, y Los músicos aldeanos.
Un tercer ejemplo nos viene dado por el ruso y científico BORODIN. Su pieza En las estepas del Asia Central hay algo más que la descripción de un paisaje nevado e infinito.
El cuarto ejemplo nos lo muestra WEBER con su Invitación al Vals. Sobra todo comentario.
Es necesario pasar al siguiente estuche sonoro para seguir demostrando lo arriba apuntado…
Alfonso Gil González
Bach
Mozart
Borodin
Weber
