SIEMPRE A TU LADO
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Con ansias de seguirte caminante,
mis años mozos Te ofrendé gustoso.
Hoy sé, viejo, que nada más hermoso
que tus huellas seguir, aunque sangrante.
Pues que sangro es cosa a Ti clamante:
Se me escapa hacia Ti este doloso
corazón, y todo yo, junto al foso,
tu voz espero de quemarme amante.
¡Qué dulce caminar siempre a tu lado!
No hay hombre más feliz en esta tierra,
ni nada que, a tu vera, me ilusione.
¡Vos sois para mí todo lo amado!
Ya, pues, me siento en Ti, la puerta cierra,
y en tu eterno amor yo me fusione.
Alfonso Gil González
Cehegín, 2013