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Schubert y su Sinfonía Incompleta
Cuando habían pasado 37 años de la muerte de Franz Schubert, es decir, el 17 de diciembre de 1865, se estrenaba su "Octava Sinfonía", una de las más conocidas del repertorio sinfónico de todos los tiempos. La empezó a escribir un 30 de octubre de 1822, dejándola "incompleta" en el compás 20 del tercer movimiento. Nunca sabremos el porqué. No obstante, la obra fue publicada por el editor Spina de Viena en 1866, al año siguiente de su estreno.
El Primer Movimiento lleva Allegro moderato. Lo inician las cuerdas más graves de la orquesta. Cuando entran las demás, se inicia un tema expuesto por oboe y clarinete. Tema que los violines repetirán más tarde. Aunque majestuoso y dramático, el primer movimiento muere en un clima de profunda tristeza.
El Segundo Movimiento lleva Andante con moto. Hay un clima tranquilo y amable en un diálogo de cuerdas y metales. Toda la orquesta se unirá a tan bella conversación, hasta que los violines primeros desarrollan un segundo tema que cantará, después, el clarinete. Tras pasar a toda la orquesta, la sonoridad se irá apagando poco a poco en una plácida atmósfera, donde la flauta repetirá por última vez el primer tema.
No sé qué sentirán ustedes con esta sinfonía. Yo, que me la sé de memoria de tanto escucharla a través de medio siglo, sigo estremeciéndome con su belleza. Es curioso que pueda impregnar los pliegues más recónditos del alma humana, que te transporte a un "más allá" tan íntimo y cercano a un tiempo.
Alfonso Gil
