TERCERA ESTACIÓN
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Tercera estación. Primera caída.
El peso de la cruz, Jesús, te aplasta.
No puedes caminar y dices ¡basta!
apenas iniciada la partida.
Sin embargo yo, cabeza erguida,
que tu humillada posición contrasta,
no llega a avergonzarme la nefasta
forma con que pierdo mi pobre vida.
Y Tú logras de nuevo levantarte
por ver si todavía mi arrogancia
permitiérame ya el abrazarte.
Aquí sigo, Señor, con mi ignorancia,
con tímidos deseos de alabarte
como antaño amábate mi infancia.
Alfonso Gil González
Cehegín 2013