Sanjuanista
Si San Juan bajara el dedo
-cosa del todo posible-
y fuera, quedo que quedo,
revelando lo indecible
que en su evangelio callara,
nos dejaría la cara
entre asombrada y dichosa,
no gustando ya otra cosa
que la Verdad infalible;
pues que todo lo perdible,
aunque su faz sea hermosa,
se mustia cual una rosa,
como todo lo fungible.
De ahí que andemos buscando,
año tras año, a San Juan,
y yo con vosotros quedo,
siempre en esto soñando,
y tras san Juan voy andando...
aunque me esté en el zaguán.
Alfonso Gil González
Cehegín, 2018