Capítulo XCVII
Conciertos varios
Diciembre de 2007 se abría con la presentación que el padre Alfonso haría del Concierto en honor a Santa Cecilia por parte de la Sociedad Musical de Cehegín. Ese mismo día, asistía al acto oficial de coronación de la Virgen del Primer Dolor, en la iglesia conventual, con asistencia del Vicario General de la Diócesis.
Y escribía, el 2: ¡Qué fácil sería caminar a la luz de Cristo!
Lo único que debe hacer un hombre es ser santo.
¡Menos mal que a Dios no se le queda tiesa su mano extendida!
Sólo Dios puede reparar a sus criaturas rotas.
Poco puede esperarse de los que no oran.
Es posible que el ego humano haya imaginado casi todo lo inexistente, además. (Frase ciertamente enigmática, dentro de un contexto que no deja claro en sus apuntes en el diario).
El 8, día de La Inmaculada, va con su hijo mayor a Beniel, invitado por Juan Morales Lérida, compañero del Colegio Seráfico, a una comida de matanza, en El Mojón, pedanía de ese pueblo limítrofe de Orihuela. Y sigue escribiendo: ¿No es curioso que, tras la venida de Cristo, aún añoremos la de Dios?
Achacamos a Dios nuestras preocupaciones, pero Dios no tiene preocupación alguna.
El hombre aún no sabe para qué está en la tierra, y esa es su gran desgracia.
Si los caminos de Dios son inescrutables, sólo Él puede guiarnos por ellos.
El 16, va con el Coro “Ciudad de Cehegín” a cantar Villancicos en el teatro VICO de Jumilla. Y aprovechó para saludar a sus amigos Manuel y Faustina. Y escribe, ya en casa: El pasado y el futuro son un presente para Dios.
El ego es el único que no sabe de dónde viene ni adonde va.
Es, el 19, cuando, con la Coral “Santa Elena” canta Villancicos en la Residencia de la Tercera Edad de Caravaca. Y escribe en su diario: ¡Cuánto me alegra, Señor, que Tú hayas sido mi esperanza desde mi juventud!
Por contraposición al reino humano está el divino, pero a la Iglesia le cuesta enterarse.
El 21, participa de la “comida de Navidad” de Televisión Cehegín, celebrada en el Restaurante “La Almazara”, cerca de El Escobar, aldea de Cehegín. Y escribe, de vuelta de llevar a un hombre a su casa de Caravaca: Debe haber mucha diferencia entre la santa indiferencia y la “santa” estupidez. Al día siguiente, el Coro “Ciudad de Cehegín” da un “Concierto de Villancicos”, acompañado de la Banda de Música de Moratalla, en su Teatro Trieta. Y, el 23, ya sin banda, lo repetiría en el iglesia conventual de los franciscanos de Cehegín. Había regresado, restaurada, la Imagen de la Virgen de las Maravillas.
Como de costumbre, el 24, celebran la Nochebuena en casa de sus hermanos Franco y Paquita, esta vez, en el molino de la huerta. Él escribirá, el 25: Sólo puede llamarse “obediencia” la debida a Dios. La de los hombres es sometimiento. El 26, da el “concierto de villancicos” con la Coral Santa Elena en la Iglesia de los carmelitas de Caravaca. Escribe: Son infinitos los males que engendra la ignorancia.
¡Cuántas veces Dios habla por boca de los que dicen no creer en Él!
El 28, en la Iglesia de Santa María Magdalena, asiste a la presentación del libro de Miguel Écija Rioja, “Parroquia Mayor de Santa María Magdalena de Cehegín”. Entre los muchos asistentes, el señor Obispo de la Diócesis y el Consejero de Presidencia. Al día siguiente, vuelve a dirigir el Concierto de Navidad en la Iglesia del Salvador de Caravaca, con los componentes del “Santa Elena”.
Y el 31, tras la Cena de Nochevieja, celebrada en casa, como cada año, éste de 2007 lo termina el padre Alfonso con estas palabras: Acepta, oh Dios Eterno, la gratitud de esta vil criatura temporal, que ansía fundirse contigo, ya aquí, y mientras aquí me dejes.
Sonetos y cartas
El año 2008 lo empezaba así: Siempre te lo digo, Señor. Si este año es para Ti, bendito seas.
Le visitaba, el 1 de enero, un religioso franciscano del pueblo, y le regalaba un CD con fotos de su viaje a Roma y de la Beatificación de los mártires españoles de los años 30 del pasado siglo.
Al día siguiente, iba con el Coro “Ciudad de Cehegín” a dar un Concierto de Villancicos en el Asilo de las Hermanitas de los Pobres de Caravaca, en su amplísima capilla. Ellas, después, les obsequiarían con dulces y bebidas refrescantes. Allí volverán, días después, para la celebración de las bodas de oro de algunas religiosas.
El 3, se acercó al Ayuntamiento de Bullas, en cuyo salón de plenos se presentó el libro del Padre Fermín María García, “Camposanto”. Lo adquirió por 10 euros. El Padre Fermín se alegró al verle y le invitó a que lo visitara en Jumilla, donde entonces moraba. Saludó, también, a Francisco Henares, compañero de convento y de sacerdocio casado. Con ellos compartió un común sufrimiento y esperanza.
En el informativo de televisión local, el 4, contestó a las desafortunadas palabras del líder de IU dirigidas al Presidente Zapatero: “Cría obispos y te sacarán los ojos”. Y, en el reposo de la oración doméstica, compuso este bellísimo soneto:
Me gozo en pensarte, oh Dios mío./No es posible que yo pueda inventarte./Te pienso porque existes, para amarte,/como busca a la mar su propio río.
No huyas de mi mente, que no fío/de otro pensamiento, pues al darte/lo que antes Tú me das, al acordarte/me lleno de calor, sin Ti tan frío.
¡Oh prueba de tu amor, oh luz pensante!/A este corazón siempre ilumina,/que fuera de tu ardor tinieblas halla./
Con solo un resplandor deshaz la malla/que enreda este pisar que se encamina/con paso, hasta tu Casa, vacilante.
Decía el padre Alfonso que era incapaz de aburrirse. Siempre tenía algo que hacer: leer, escribir, escuchar música, atender el teléfono, contestar el correo, recibir visitas, rezar… Todo eso podía hacerlo sin salir de casa y cuando no había que salir. Escribe, el 9: Es el hambre lo que nos hace esclavos. Si esperamos ser a base de tener, estamos creyendo en el absurdo.
El 12, presenta en la Casa de la Cultura el Concierto que dio la Banda Infantil de la Escuela de Música. El 15, recibe la siguiente carta de su amigo cura, Don Joaquín Alarcón: Mi querido amigo: Terminamos el ciclo de Navidad y, a primeros de febrero empezamos la Cuaresma.
Y me he acordado de una cosa que se hacía en mis tiempos, por si esto te pareciera bien y, además, fuera factible.
Los viernes de Cuaresma salía un Via Crucis de Santa María Magdalena y terminaba en el Convento, con Misa al llegar, y confesores. Asistían unos doscientos hombres y el Via Crucis que se rezaba era el del Padre Llanos. También se cantaba entre las estaciones.
Pienso que se podría hacer, invitando principalmente a los muchachos y muchachas, y que los que invitaran a las juventudes del pueblo fueran los de las cofradías y, por supuesto, invitando a las mujeres y hombres mayores. En los cantos, tú mejor que yo sabrías los que se han de hacer. En cuanto al itinerario, ir por lo más céntrico: Parador, antigua carretera, subida al Convento… Esto llevaría, aparte del rezo, un testimonio, para que semana a semana fuera aumentando.
Y convendría que diplomáticamente se lo comunicaras al Guardián y a los otros Párrocos, y a ver si convenía que uno de ellos saliera acompañando.
Sé que no estamos en el 50 ó 60, sino en 2008. Por eso, tú verás.
La confianza que tenemos y el aprecio que te tengo me han hecho que tomara la libertad de proponerte una cosa que no me incumbe.
Un fuerte abrazo de tu hermano y amigo Joaquín.
El 21, deja escrito en su agenda: Mientras haya carnaval, no es posible que haya conversión. Y es el 22 cuando inicia un soneto que concluiría posteriormente. Y dice así:
No me dejes, Señor, en la ribera/de este caminar extravagante./No me dejes, Señor. Di “adelante”/como hicísteme ayer por vez primera.
No dejes que el alma se me muera/sin llevar una vida edificante./Y, pues, esto lo pido suplicante,/tu abrazo olvidará lo que yo fuera.
Oh deseo de Ti, jamás saciado/agua viva que mana en mi desierto/colma, al fin, este ansia dislocada.
Y lo dejó inconcluso, ¿por qué? Nunca lo sabremos. Al igual hizo al día siguiente, 23:
Sediento estoy de Ti, oh fuente mía,/sediento y cansado del camino./Voy a Ti como flecha a su destino,/y sin peso en el alma, ya vacía.
Tu recuerdo me trae, cada día,/que todo caminar es desatino,/que nada puedo hacer, por muy divino/plan trazado de tu amor a la umbría.
Y el 24 inicia otro:
Estás de pies y manos enclavado/tras buscar esta oveja tan perdida,/y, pues, así la tienes redimida/contigo he de morir enamorado.
Ya ves que vivo entrelazado/por los goces y penas de la vida,/que con duro bregar hallo comida/y tengo el corazón debilitado…
Luego, el 25, intenta abrir otro soneto dedicado a su pueblo:
Se nos olvida que estamos en Cehegín… Y que, igualmente, deja sin continuación. En la tarde del 29 de enero, visita al párroco, Don Serafín, y hablan de lo humano y de lo divino, y del ecumenismo. Le dijo éste que era muy difícil hubiera en nuestra diócesis una capacidad ecuménica tal, como para aceptar que se pudiera ser católico y ortodoxo al mismo tiempo. Y es que él, el padre Alfonso, soñaba más allá de toda posibilidad, e intentaba hacerse “todo para todos” con tal de ganar o salvar a los más posibles de sus compañeros.
Ya en febrero de 2008, vuelve a recibir carta de Don Joaquín Alarcón: Mi querido hermano y amigo: Recibí tu carta en la que me informabas de los Viacrucis que se hacen en Cehegín en Cuaresma y Semana Santa.
También me decías que, en una reunión que se iba a celebrar, con asistencia de los párrocos, tú hablarías de los Viacrucis por la calle de los viernes de Cuaresma.
Te estoy escribiendo el Miércoles de Ceniza -6 de febrero de 2008-y, como es natural, aún no sé si van a salir o no. Aceptemos lo que la Providencia de Dios permita.
Me mandaste el plano de Cehegín, muy bonito por cierto, y un escrito sobre Cehegín muy interesante. Muchas gracias y que Dios te lo pague.
Me expones la marcha de tu alma y tienes que dar muchas gracias a Dios.
Te envío un libro de la Madre Maravillas, o mejor, de Santa Maravillas de Jesús, ya que fue beatificada en Roma y canonizada en Madrid la última vez que Juan Pablo II vino a España.
La madre de la santa era hija del Conde de Campillos y creo que nación en Cehegín. Estaba casada con el Marqués de Pidal, que era embajador de España en la Santa Sede, y la santa creo que fue bautizada en Madrid. Fundó muchos conventos y consiguió del Papa que a un grupo de conventos le concedieran reglas y Constituciones que tenían las Carmelitas en tiempos de Santa Teresa, y que habían sido cambiadas por otras menos austeras en tiempos posteriores. Los conventos de Santa Maravillas, unidos, dependen del Papa. Así, pues, queda un grupo de conventos de carmelitas dependientes directamente del Papa y otro grupo que depende de los superiores generales de los carmelitas.
El libro me está haciendo mucho bien, espero que también a ti te sirva de mucho provecho estos pensamientos de la santa.
Un fuerte abrazo de tu hermano y amigo Joaquín.
Para alabanza de Cristo. Amén.