María y José llegan a Belén
Nos dice Mateo que, antes de marchar a Belén a empadronarse, según el evangelio de Lucas, José estaba desposado con María. Una vez que fue avisado de que no temiera acoger en su casa a la que iba a dar a luz por intervención divina, se levantó e hizo lo que el ángel del Señor le había aconsejado.
De manera que, siguiendo el mandato de César Augusto, siendo Cirino prefecto de Siria, tomó a su esposa María y marchó con ella, desde Nazaret, hasta la ciudad de David, Belén, para empadronarse. María ya iba de nueve meses y en Belén se cumplieron los días de dar a luz. Como no hallaron cobijo en el pueblo, hubo de parir en un establo.