Noviembre
*
El viejo musitaba una plegaria
cada vez que el sol amanecía.
No iba más allá de “Ave María”
ni era una oración comunitaria.
Eso sí, era acción humanitaria
pidiera por aquellos que tenía…
Los nietos en alegre algarabía
jugaban de manera temeraria.
Y ya no juegan más; en sus trabajos
devanan la existencia de mayores,
sin padres, sin abuelos, cabizbajos…
Poco a poco, sus cuerpos de dolores
se curvan sorteando los atajos…
la muerte les aguarda con sus flores.
Alfonso Gil González
Cehegín, noviembre 2015