Recibir a Cristo
Caminamos hacia un bien único aunque nos encontremos afligidos entre las múltiples tareas de este mundo.
Que nadie entre vosotros diga: Felices los que tienen oportunidad de recibir a Cristo en su propia casa.
No te dé pena, no te lamentes por haber nacido en un tiempo en que ya no es posible ver al Señor en carne y hueso.
No te ha retirado su favor el que declara: Todo lo que habéis hecho al más pequeño de los míos, me lo habéis hecho a Mí (Mateo 25,40)
San Agustín, obispo de Hipona
(354-430)