Con el reclamo de derechos
manifestamos el sentido de propiedad.
Convertirse es volver
al corazón de Dios.
La justicia no es capaz de igualar a los hombres,
la misericordia sí.
La memoria del pecado no le da existencia,
pero te hace humilde.
La misericordia detecta
toda dignidad humana.
Nos alejamos por nuestra voluntad,
pero volvemos por el amor de la de Dios.
Se hace incapaz de perdón
quien pecador no se halla.
Sin la muerte de Cristo
la nuestra sería eterna.
Alfonso Gil González