El motete
Es una palabra de origen francés (mot) que se refiere a un estilo de composición vocal, generalmente en latin, que empezó a desarrollarse a partir del siglo XIII.
Como servicio a la liturgia cristiana, el motete puede ir acompañado de órgano, aunque casi siempre precisa de una interpretación a capella, sin acompañamiento del instrumento rey.
A partir del siglo XVI, el motete cobró especial protagonismo, tanto en la vida religiosa como en la profana. Dicho protagonismo se amplió hasta bien entrado el siglo XVIII.
A partir de Bach, que introdujo himnos para ser cantados en esta interpretación moteística, el motete fue pieza cultivada por compositores de la talla de Mozart, Haendel, Haydn, Brahms, etc..
Incluso en el siglo XX, el motete ha llegado a cierta fama a través de compositores como Distler o Poulenc, y ciertamente a través de Bruckner.
Pero dicho esto, recordemos que los más grandes Motetes de la Historia de la Música se deben a Italia y España a través de gigantescas figuras como Palestrina, Orlando di Lasso, Tomás Luis de Victoria, Cristóbal de Morales, y un largo etc... en ambos países y, por extensión, al resto de Europa.