La España que me duele
Supongo que, como a casi todos los españoles, me duele esta España nuestra, minada por corruptos y por aprovechados, por separatistas, por políticos incultos y, algunos, barriobajeros, por anarquistas envidiosos, por desalmados que trafican con los seres humanos, por los empresarios explotadores, por los traficantes de la muerte, por los delincuentes de género -que no son otra cosa que chulos cobardes y reprimidos-, por los ladrones, por los asesinos, por los vagos...
Me duele esta España que confunde la libertad con el libertinaje, la fraternidad con la camaradería, la igualdad con el rasero, la fe con la religión, la justicia con la ley, el amor con la apetencia, la buena voluntad con la tontuna, la inteligencia con la pillería, el estado del bienestar con el bienestar del Estado, el progreso con el materialismo...
Sí, me duele esta España en la que habitan el trapicheo, la zancadilla, la calumnia, el odio, el perdono pero no olvido, el ansia de poder, el soborno, el raquitismo...
Me duele España por todo esto, pero me alegra que todo esto sólo sea una espina en medio del inmenso jardín de valores y virtudes con que se adorna España, esa España sencilla de héroes y santos que la hacen grande y atractiva, y ejemplo todavía en medio de las naciones.
Alfonso Gil
Me duele España por todo esto, pero me alegra que todo esto sólo sea una espina en medio del inmenso jardín de valores y virtudes con que se adorna España, esa España sencilla de héroes y santos que la hacen grande y atractiva, y ejemplo todavía en medio de las naciones.
Alfonso Gil