Jesús defiende a sus discípulos
Mateo 12, 1-8, Marcos 2, 23-28 y Lucas 6, 1-5 son las tres perícopas que nos narran cómo Jesús iba, un día de sábado, con sus discípulos por en medio de las mieses y, como sintieron hambre, empezaron a coger algunas espigas con sus manos para comerlas.
Pero, sorprendidos por los fariseos, éstos dijeron a Jesús que sus discípulos estaban haciendo lo que no era lícito hacer en sábado. Y Jesús les contestó si no habían leído el texto del libro de Samuel (22, 1-6) que narra cómo David y los que con él estaban entraron en la casa de Dios, siendo Abiatar el principal de los sacerdotes, y comieron de los panes que sólo estaban reservados para los sacerdotes. Y que, si leen el Levítico 24, 9, se podrían percatar de que los sacerdotes quebrantan el sábado sin, por ello, cometer crimen alguno.
Y Jesús les siguió diciendo que Él es mayor que el templo. Y que si supiéramos lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios" (Citando texto del profeta Oseas 6,6), nunca condenaríamos a los inocentes. Pues el Hijo del Hombre es también Dueño del sábado. Y el sábado se ha hecho para el hombre y no el hombre para el sábado.
Alfonso Gil