Carisma e Institución
Volvemos a hablar con el profesor Rufino Velasco. El eclesiólogo plantea el tema partiendo de que el Concilio Vaticano II asumió una nueva eclesiología: la Iglesia de Jesús es de condición carismática y, desde ahí hay que entender lo institucional. La Iglesia es, ante todo, el Pueblo de Dios.
1- Hablar de la condición carismática de la Iglesia significa centrar la atención en la verdad fundamental de que el Espíritu de Jesús es quien está en la base de la Iglesia, moviéndola y conduciéndola. Ese Espíritu hace que en la Iglesia pueda suceder siempre lo "imprevisible". Espíritu del Crucificado, sí, pero también el mismo Espíritu del Resucitado. Por tanto, Espíritu de Libertad.
2- Rasgos de la Iglesia carismática son:
El don profético de Cristo.
La infalibilidad del Pueblo de Dios.
La portaduría comunitaria del Espíritu Santo.
La experiencia liberadora de toda opresión y sufrimiento.
3- Para entender la institucional en la Iglesia, hay que tener en cuenta que:
La Jerarquía es diferente, pero no contrapuesta al Pueblo de Dios.
Hay que distinguir lo que es de "institución divina", por decirlo así, de lo que es "institución ecelsiástica". El peligro viene de la confusión de ambas.
El Concilio Vaticano II nos embarcó en una tarea irreversible: defender una nueva forma histórica de Iglesia más conforme con el Espíritu de Jesús, con el Evangelio y con la vida de la primera comunidad cristiana.
Alfonso Gil González