No sé cómo pasó
No sé cómo pasó, no supe cómo…
si todo me lo diste, generoso,
cómo pude caer y, vergonzoso,
en trampa que no vi ni por asomo.
Me monté por orgullo sobre lomo,
esperando ganarme, victorioso,
la fama de casado y religioso,
y no verme caído como plomo.
Mas Tú sabes por qué, oh Cristo mío:
el por qué me llamaste tan temprano,
el por qué de sentirme tan vacío.
Aquel día lo veo tan lejano…
Tanto siento de mí este hastío,
que busco, ciego, tu segura mano.
Alfonso Gil González
Febrero 2016