El encuentro con Cristo
Comentando su charla en la Cátedra de Teología Contemporánea, me recuerda el texto de Juan 9, 35-39, como elocuente expresión de lo que se entiende por "encuentro" con Jesús. Creer no es primariamente "decir que sí" a un número de proposiciones. Es "fiarnos de alguien". Este "alguien" es Jesús, a quien tomamos por guía de nuestra existencia humana; a través de él se nos hace posible llegar con la fe también al "Alguien" último y misterioso que es Dios.
- ¿Es eso ser cristiano?
- "Cristiano" es un título que sólo tiene sentido pleno dicho de una "persona" creyente. En los primeros trescientos años después de Jesús, prevalece el cristianismo personal; la Iglesia es la congregación de los cristianos. Pero la entrada masiva en la Iglesia y la simbiosis de ésta con el Imperio condujeron a una situación llamada "cristiandad", que no es exactamente lo mismo.
- ¿Nosotros somos "postcristianos"?
- Sin duda, "postcriastiana" es la sociedad actual. Esto quiere decir que cada vez hay menos presión ambiental hacia el profesarse cristiano, que en modo alguno se tiene por obvios los valores que solían estar vigentes a título de cristianos. Es decir, cada creyente humanamente maduro se tiene que plantear su adhesión a la fe de modo progresivamente más "personalizado".
- Bueno, eso parece positivo.
- Hay que personalizar la decisión: ya el solo hecho de no decidirse a ser cristiano auténtico es ir dejando de serlo. Hay una creciente sensación de sinsentido: un fuerte desconcierto nos invade, se vive no se sabe para qué, y se buscan evasiones muy diversas.
- Pues, ¡vayamos al grano!
- El simple conocimiento no es el "encuentro". Jesús es acogido en fe allí donde "su realidad resulta Palabra de Dios" a la que se dice un "sí". Se trata de vibrar con el proyecto al que Él consagró su vida: mirar a Dios como Padre y alistarse así en la promoción del Reino de Dios entre los hombres. Ello supone una actitud vital que sea operativa en la línea de Jesús.
El cristianismo no es "pura" teoría. Una proclamación de la "teoría cristiana" desde una vida que la contradiga, se autodestruye. Nadie ególatra, insolidario u opresor puede decir que cree en Jesús. Amar a Dios es amar como Dios y con Dios.
- Desde luego que sí.
Alfonso Gil González
- ¿Es eso ser cristiano?
- "Cristiano" es un título que sólo tiene sentido pleno dicho de una "persona" creyente. En los primeros trescientos años después de Jesús, prevalece el cristianismo personal; la Iglesia es la congregación de los cristianos. Pero la entrada masiva en la Iglesia y la simbiosis de ésta con el Imperio condujeron a una situación llamada "cristiandad", que no es exactamente lo mismo.
- ¿Nosotros somos "postcristianos"?
- Sin duda, "postcriastiana" es la sociedad actual. Esto quiere decir que cada vez hay menos presión ambiental hacia el profesarse cristiano, que en modo alguno se tiene por obvios los valores que solían estar vigentes a título de cristianos. Es decir, cada creyente humanamente maduro se tiene que plantear su adhesión a la fe de modo progresivamente más "personalizado".
- Bueno, eso parece positivo.
- Hay que personalizar la decisión: ya el solo hecho de no decidirse a ser cristiano auténtico es ir dejando de serlo. Hay una creciente sensación de sinsentido: un fuerte desconcierto nos invade, se vive no se sabe para qué, y se buscan evasiones muy diversas.
- Pues, ¡vayamos al grano!
- El simple conocimiento no es el "encuentro". Jesús es acogido en fe allí donde "su realidad resulta Palabra de Dios" a la que se dice un "sí". Se trata de vibrar con el proyecto al que Él consagró su vida: mirar a Dios como Padre y alistarse así en la promoción del Reino de Dios entre los hombres. Ello supone una actitud vital que sea operativa en la línea de Jesús.
El cristianismo no es "pura" teoría. Una proclamación de la "teoría cristiana" desde una vida que la contradiga, se autodestruye. Nadie ególatra, insolidario u opresor puede decir que cree en Jesús. Amar a Dios es amar como Dios y con Dios.
- Desde luego que sí.
Alfonso Gil González