La gloria de Dios
Cada nota que el viento murmura,
cada rayo de luz en el sol,
cada flor en la verde llanura
es un himno a la gloria de Dios.
Labradores que el bosque sombrío
disfrutáis de la tierra el favor:
el rumor de las mieses de estío
os enseña la gloria de Dios.
Es el mundo una lira sublime
que modula en eterna canción:
si suspira, si canta o si gime,
siempre, siempre, la gloria de Dios.
W. Martínez