Hipnosis celeste
El concierto puramente pianístico está revestido de cierta elegancia. Su música nos lleva a una sala coqueta, en que los invitados siéntanse en sillas o sillones, mientras en lugar estratégico el pianista desglosa tan bellas melodías como éstas:
De CHOPIN, Vals n. 6 en Re bemol.
Nocturno n. 2 en Mi bemol. Estudio n. 3 en Mi.
De BRAHMS, Vals n.1
Vals n. 15
De PROKOFIEV, Marcha.
Para oír a Bach nos imaginamos el clavecín.
De BACH, TRES PEQUEÑOS Preludios en Do, Fa y Fa.
Allegro y Allemande en Do.
Invenciones en Do, Re, Re menor y Fa.
Preludios en Re y Sol. Uno de ellos le sirvió de soporte armónico a Gounod para su “Ave María”.
Gavotte en Sol.
Minueto en Sol.
Marcha y Músete en Re.
Fantasía cromática y Fuga.
De esta hipnosis celeste nos saca, casi abruptamente, BELA BARTOK con su Concierto n. 2 para violín y orquesta.
Acabado, hay unos compases de música clásica adaptados a ritmo moderno o bailable.Alfonso Gil González
Vals n. 6
Nocturno n. 2
Estudio n. 3
Vals n. 15
Concierto n. 2 para violin de Bela Bartok