Desde mi celda doméstica
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viernes, 6 de mayo de 2016

PECCATOR PESSIMUS


PECCATOR PESSIMUS



Y yo, como Caín, corté –confieso- 
la parte fraternal de mis destinos; 
errando voy ahora los caminos, 
llevando de tu amor el signo impreso.

Y yo, como Sansón, dejéme preso 
en cálidos brazos femeninos; 
a pesar de mis muchos desatinos, 
del dardo de tu amor me hallo leso.

¡Oh sabia necedad de mi existencia! 
El fragor de los goces de la vida 
no callan el clamor de la inocencia.

¡Oh torpe conocer de la partida! 
Nada puede borrar de la conciencia 
las trampas hechas por feliz salida.



Alfonso Gil González
Cehegín, mayo 2016

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