PECCATOR PESSIMUS
Y yo, como Caín, corté –confieso-
la parte fraternal de mis destinos;
errando voy ahora los caminos,
llevando de tu amor el signo impreso.
Y yo, como Sansón, dejéme preso
en cálidos brazos femeninos;
a pesar de mis muchos desatinos,
del dardo de tu amor me hallo leso.
¡Oh sabia necedad de mi existencia!
El fragor de los goces de la vida
no callan el clamor de la inocencia.
¡Oh torpe conocer de la partida!
Nada puede borrar de la conciencia
las trampas hechas por feliz salida.
Cehegín, mayo 2016