DE VUELTA A CASA
*
Ya paso de todo o casi todo.
A pesar de mis muchas tonterías,
no dejé de rezar avemarías
por no verme manchado con el lodo.
He vivido contigo, codo a codo,
las miles, evitando, tropelías,
y sentir tu Presencia, cual Elías,
al besarme la brisa, a tu modo.
Ahora esto aquí, en mi Carmelo,
a la espera del fuego de tu carro
que pueda arrebatarme a tu cielo.
Sentado, como estoy, en este suelo,
a la brida de tu corcel me agarro…
Siempre viví, Señor, para este vuelo.
Alfonso Gil González
Cehegín, mayo 2016