En su tienda cerca del Jordán
Un día, dice el evangelista Juan, estaba el Bautista con dos discípulos. Vio a Jesús que iba caminando y, señalándole, les dijo: Mirad el Cordero de Dios. Y, al oírlo, ellos siguieron a Jesús. Éste se volvió y, al ver que le seguían, les dice: ¿Qué buscáis? Y ellos contestaron llamándole “maestro” y preguntándole dónde habitaba. Entonces Jesús les dijo: Venid y lo veréis. Y fueron, vieron y se quedaron con Él aquella tarde. Eran las 4 de la tarde. Esos discípulos eran Andrés y el propio evangelista.
La moraleja viene ahora. Ser cristiano es seguir a Jesús, verle, preguntarle dónde vive, saber exactamente la hora del encuentro con Él… Y quedarse con Él.
Alfonso Gil González