Jesús y la mujer adúltera
Este pasaje es tan conocido como sorprendente. Y siempre actual. El que esté sin pecado que tire la primera piedra. Esa fue la respuesta de Jesús a aquellos que prefieren cumplir la ley por encima de toda persona y circunstancia. Solamente Dios es bueno. Todos los demás, pobres pecadores. Pero -¡claro!- si yo soy menos pecador, o así me lo pienso, me creo con derecho de aplicarte a ti el castigo que merezco. ¡Cómo cambiaría todo si llegara a la conclusión de que no hay nadie más pecador que yo! Pero, ¿quién tiene el valor de reconocerlo? ¡Dichoso el tal!
Alfonso Gil González