La duda de Pedro
La escena evangélica es muy conocida. Jesús camina sobre las aguas del mar, y Pedro le dice que, si es Él, que le mande hacer lo mismo: caminar sobre las aguas. Pero cuando ve que sus pies no tienen más base que las blandas aguas, teme sumergirse y ahogarse. No tiene más remedio que pedir ayuda al Señor, y éste, tendiéndole la mano, mantiene a flote a Pedro, al tiempo que le recrimina su duda.
Y es que, cuando uno empieza a dudar, empieza a hundirse. La lección es bien sencilla e interpelante. ¡Debemos creer firmemente en el Señor!
Alfonso Gil González