Juicio Universal
El capítulo 25 del Evangelio de san Mateo, tras contar la parábola de las vírgenes necias y de las prudentes, y de narrar la de los talentos, nos habla del Juicio Final. Un juicio en que seremos examinados sobre el amor que hemos tenido con los necesitados: pobres, presos, enfermos… Un juicio del que nadie escapará. Yo diría, del que nadie escapa, pues, cada día, somos juzgados en nuestra conciencia y por nuestra conciencia sobre el amor que hemos dado o que hemos privado a los demás. Se supone que voluntariamente, pues sólo los actos voluntarios son actos humanos. Ya san Juan de la Cruz decía que, al final de la jornada, seremos juzgados de amor. Pues bien, esa jornada puede ser cada día. Dormir es como morir, y despertar es como volver a nacer para una nueva oportunidad de dar amor.
Alfonso Gil González