Jesús hablando en el Pórtico de Salomón
Escribe Juan en su evangelio que Jesús enseñaba en el templo, y los judíos se admiraban de cómo podía saber tanto. A ello respondía que su enseñanza era de Quien lo había enviado. Y mantuvo una discusión con aquellos que querían matarlo. “No juzguéis según la apariencia, sino con verdadero juicio”, les dijo. Y siguió hablando abiertamente, pero nadie le puso la mano encima, porque aún no había llegado su hora. Y Jesús siguió diciendo que el que tenga sed vaya a Él y beba, pues, quien crea, de su interior saldrán como fuentes de agua viva, refiriéndose ya a aquellos que recibirían el Espíritu Santo.
Alfonso Gil González