SOBRE EL ASCETISMO
El "ascetismo", desde un aspecto religioso es la práctica de ejercicios físicos o psicológicos para la consecución de un ideal espiritual. El origen de la palabra viene del griego "askeo", que significa "ejercitarse".
Los orígenes del ascetismo se remontan a los atletas de la antigüedad, concretamente, a los Juegos Olímpicos iniciados en Grecia. Se trataba de preparar al cuerpo, física y moralmente, a fin de conseguir la meta deseada.
Los Sofistas de los siglos V y IV antes de Cristo lo aplicaron al campo intelectual, como ejercicio o ascesis para el control del pensamiento o deseo. Igualmente lo recomienda Platón. Y es a través de Plotino y los Neoplatónicos del siglo III de nuestra Era como pasa a ser tratado en el mundo de la filosofía.
Si nos atenemos al mundo moderno, debemos destacar el papel de los filósofos Immanuel Kant y Arthur Schopenhauer, en el siglo XIX, así como lo escrito por Romano Guardini en el pasado siglo XX, y desde una óptica esencialmente católica.
Las tres grandes religiones que se preocuparon de este tema del ascetismo, para el logro de una perfección moral y, por tanto, más humana, fueron el Hinduísmo, el Budismo y el Cristianismo. Éste, heredando del Judaísmo los llamados "libros sapienciales" en los que se ensalza este aspecto del esfuerzo humano.
En la Iglesia Católica, el ascetismo nos viene dado desde los monjes esenios y la figura de Juan el Bautista, pasando por el anacoretismo de los primeros siglos cristianos, por la austeridad de las Órdenes Mendicantes de la Edad Media, y por el rigor de un paladín de la Contrarreforma católica, como fue Ignacio de Loyola, cuyo método quedó plasmado en su libro sobre los Ejercicios Espirituales.
Mención especial hay que hacer de la influencia de Tomás de Kempis por medio del más famoso libro de ascética cristiana: LA IMITACIÓN DE CRISTO, que ha sido guía de directores espirituales desde la misma Edad Media hasta nuestros días.
Reliquia permanente de ese ascetismo cristiano que, a su vez, responde a una visión dicotómica entre el mundo de lo material o carnal y el mundo del espíritu, es el CELIBATO, que se mantiene en los religiosos de ambos sexos en los sacerdotes de la Iglesia latina.
Por otra parte, el Islam heredó algunos aspectos del ascetismo cristiano -no hay que olvidar la influencia de los mojes sobre el mismo Mahoma-, tales como la oración, la limosna y el ayuno, llevado éste a su máxima expresión en el Ramadán o Cuaresma islámica, introducida por medio del Sufismo, que fue un movimiento ascético- místico surgido en el siglo VIII.
Alfonso Gil González