AL CARMELO DE BOADILLA DEL MONTE
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En casa de Teresa se profesa
una ciencia del mundo no aprendida,
un amar al Amor tan sin medida,
de Dios hasta quedar el alma presa.
El divino querer es la promesa
que sostiene al Carmelo de por vida,
que alegra la existencia compartida,
que define esa casa de Teresa.
Oh, jóvenes del mundo, escuchadme:
vosotras que buscáis ser tan felices,
movidas de ilusiones ya marchitas.
No a vosotras, a Mí, Jesús, amadme;
de la dicha tendréis las directrices
de que gozan las monjas carmelitas.
Cehegín, 23-XI-2011