SEXTA ESTACIÓN
Oh, santa Faz, icono verdadero
plasmado en pañuelo femenino!
Oh, rostro de mi Dios en su camino
del más cruel morir en el madero!
En tanto que el lobo aullaba fiero,
la oveja se atrevió, y le convino,
dar alivio al Pastor, en su destino
de buscarla en parajes sin sendero.
Porque ya a perderse no volviera,
retrato de Sí le dio en herencia,
cual pago de conducta tan valiente.
Ya sé por qué, Señor, esta mi fiera,
que intenta robarme tu querencia,
huye de mí cuando beso tu frente.
Alfonso Gil González