Libro Cuarto
21 Sonetos
sobre
el
tema
del
Sacramento
del
Altar
Dulce Manjar
¡Dulce Jesús!, cual pan despedazado
por que coman de Ti las almas todas,
y beba de tus aguas saciadoras
el pobre sacerdote que has llamado.
¡Dulce manjar!, cordero inmaculado,
inefable sacramento que moras,
do tu amor permanece y rememoras
el pacto con tu sangre así sellado.
¡Dulce maná! y celestial convite,
trasunto de aquel otro interminable
al que todos estamos convocados.
¡Dulce panal!, Tú quieres se nos quite
este amargo sabor, abominable,
de otros alimentos bien sobrados.
Sacramento de tu Presencia
Hay muchos que acuden presurosos
a diversos santuarios, peregrinos,
o visitan falaces adivinos
que les digan anuncios venturosos.
Y qué pocos acuden, fervorosos,
a dejar en tu altar sus desatinos,
siendo Tú regidor de sus destinos,
ellos siendo sin Ti más que despojos.
Sacramento real de tu presencia,
fuego de amor en medio de este mundo
tiritante de miedo y de tristeza.
Vayamos hacia Ti con la querencia
de hacer de cada cual hogar fecundo,
quemando de no amarte la vileza.
Hambriento de Ti
Fiado en tu bondad, Señor, me acerco
tan pobre como hambriento a recibirte;
pues tengo para mí que he de servirte
mientras des con tu Amor al mío cerco.
Sabiendo, como sabes, que merezco
te den ganas de a mi lado irte,
por quedarte te inventas el morirte.
¿Cómo eres, Señor, así de terco?
Es el tuyo designio inescrutable
ante el cual yo me rindo reverente,
al tiempo que desprecio mi torpeza.
Mas siendo tu riqueza inagotable,
me gozo con ser yo tan indigente
por que colmes con creces mi pobreza.
Alimento divino
Tu pueblo desfallece caminante
por el árido suelo de la vida,
y, cierto, morirá sin tu Comida,
sin tu Agua que busca anhelante.
Es, por ello, que pide suplicante
que brote de tu pecho, de la herida,
la fuente de esa sangre renacida
con que logre llegar a Ti triunfante.
Tú eres el maná que en el desierto
comieron nuestros padres, y eres guía
que conduce la historia a tu Morada.
Contigo debe dar el paso cierto,
haciéndole escoger angosta vía,
libre ya de esta loca encrucijada.
Encuentro con Zaqueo
No puedo estar sin Ti, es imposible.
Preciso, cual Zaqueo, que me llames,
me baje de la higuera y que reclames
tomar juntos la cena disponible.
Ya ves mi situación: casi horrible.
No soy digno de Ti, de que me ames,
y, menos, de que, sucio, Tú me laves.
Digno soy de la muerte tan temible.
Entra, pues, Señor, bajo este techo,
otrora de malhechores guarida,
que, antes de que marches, yo confieso
por cuatro hacer el bien de lo mal hecho,
compartir con los pobres nueva vida,
y seguirte, de tu Amor todo preso.
Deseos divinos
Ardo, Señor, en deseos de tenerte,
pues tantas veces me deslizo y caigo…
Mas hoy, Jesús, los anhelos que traigo
no son otros, mi Dios, que los de verte.
¡Qué más quisiera yo que ser tan fuerte
y poner de mis males desarraigo!
Siento, a veces, que soy como zambaigo,
y sé que Tuyo soy, para quererte.
Mi buen Jesús, amigo y compañero,
regalo para el alma enamorada,
tengo yo en Ti mi apoyo y mi sustento.
Que, si lejos de Ti me fui primero,
aquí estoy con el alma destrozada.
Sé para mí mi único Alimento.
Locura de tu amor
Obra tuya, Señor, fuera de alcance
el sacramento en el altar presente,
locura de tu amor que, obediente,
el mío con el tuyo hace balance.
Si antaño me llamaste, haz que avance
hacia Ti confiado y, reverente,
en medio del sarcasmo de la gente,
mi alma toda quede como en trance.
Si recibo tu Cuerpo inmaculado,
libre, ¡ay!, quedaré de mis pasiones,
y toda tu virtud brotar podría.
Pero estaba de mí tan fatigado,
en lucha contra miles tentaciones,
que, creyendo vivir, más bien moría.
Indigno sacerdote
Visíteme tu Gracia saludable,
que no hallo dignidad en nada mío.
En sola tu Palabra yo confío;
es, por ello, mi ofrenda tan loable.
Sacerdote, Señor, mas ¡qué mudable
este pobre corazón! ¡Qué impío!
¡Qué pena este vivir en desafío,
cual si Tú no me fueras tan amable!
No vivo cual los ángeles del cielo,
tampoco cual los santos de la tierra.
Sólo alcanzo el nivel de los mediocres.
Levántame, Señor, de aqueste suelo.
En tu costado mi vileza encierra,
y tiñe mi negrura con tus ocres.
Comida de amor
Pensar tu dignidad me sobrecoge.
Me tienta el apartarme de tu vista.
Mas ¿cómo me hallaría en esa lista
si tu mano mi nombre no recoge?
Tú eres el pastor que siempre escoge
buscar la oveja ruin que se despista,
aunque rasgues tus pies con cruel arista
de la tosca maldad que así me encoge.
-Condúceme hasta Ti con dulce vara,
Amado de mi alma a quien traiciono,
y dame tu comer, pues desfallezco.
-Ven a mi Corazón -¡eres tan cara!-,
que no sé si en buscarte me lesiono.
Tú come del Amor que Yo te ofrezco.
Contrición salvadora
Escudriña a fondo tu conciencia
y duélete de todos tus pecados.
No hay labios asaz inmaculados
para sumir Quien sana tu dolencia.
Nadas, ay, en tal concupiscencia,
son tantos tus orgullos, tus enfados,
tus iras y caprichos alocados,
que hallas en los otros displicencia.
Con entera renuncia de tus cosas,
con firme voluntad de serme Mío,
en ara de mi amor tu alma ofrece.
Si guarida ya tienen las raposas,
este mi corazón YO te confío:
Vive en él cual palacio que ennoblece.
El don de sí
Plenamente consciente de tu entrega,
con toda tu energía y tus afectos,
ofrécete a Mí. Mira al Dilecto
que por ir al Amor el suyo anega.
¿Qué vale la palabra que Me ruega,
salida de aquellos tan selectos,
si sus actos parécenme abyectos?
¿Qué razón ante Mí tal voz alega?
Si, pues, te haces centro de ti mismo,
no rindiendo tu ser a mi querencia,
no cabe unión completa entre nosotros.
Con total oblación salva ese abismo.
Permite que Yo ejerza la regencia:
Así Yo domaré esos tus potros.
Total donación
Acéptame, Señor, ofrenda entera
y total donación de mi ser todo:
de mis pecados el invernal lodo
y el gozar de tu amor la primavera.
Esto mío Tú tríllalo en la era
con tu trigo del Pan y, de ese modo,
contigo hasta el morir, codo con codo,
vivas en mí y yo a todo muera.
Darte también pensaba mis valores,
mas, si tan sólo Tú me los prestaste,
sean signo a la par de mis amores.
Si los tuyos por los míos trocaste,
no tengo más, Señor, sino las flores
que un día me pondrán. Con eso baste.
Gracia e inocencia
Manantial de la gracia salvadora,
y de bondad y de pureza fuente:
Preciso ir a Ti frecuentemente
por llegar a morir en buena hora.
Y por hoy vivir, como hice otrora,
con gozo de llevar sobre mi frente
el sello de tu amor incandescente,
el beso que a mi alma enamora.
Dichoso quien te come con frecuencia,
que estar sin Ti no puede un solo día
y vive permanente tu Presencia.
Dichoso, sí, Señor, pues tu Inocencia
borra cuanto en mí de picardía
me deja del pecado la dolencia.
Ansia de tenerte
Quién me diera plorar piadoso llanto,
al verte oculto a mi visión terrena,
y lavar cual María Magdalena
la sucia fealdad de que me espanto.
El deseo de tenerte lo es tanto,
el ansia de abrazarte es tan plena,
que ya, Señor, no siento ni la pena
del mundo de gozar falaz encanto.
Por poder soportar esta flaqueza
me brindas tu manjar de Pan y Vino,
especies que ocultan tu Persona.
Mi buen Jesús, tú dime con dureza,
pues no quiero juzgar a adivino,
por qué mi amor el Tuyo no pregona.
Sinrazón del amor
- La búsqueda de puros corazones,
do fijar el lugar de mi descanso,
me lleva por doquier, y no me canso
a pesar de desprecios y empujones.
- Pero eso no, Señor, no son razones.
Es tu sola presencia el remanso.
Venir al corazón lo hace manso
y queda su maldad hecha jirones.
- Si Tú me purificas seré puro,
y ambos alegrarnos de por vida.
Mas, si luego de verte sigo impuro,
dime Tú a qué juego me convida
tu escondite lóbrego y oscuro,
si al final no ganara la partida.
Anhelo y unión
Oh Pan, entre millares escogido!
Que vienes hasta mí con tal premura,
por que no piense haya otra criatura
que en ella esté mi Dios tan escondido.
Te me das, Amor, para ser comido,
y siento, hombre viejo, la frescura
de tu carne virginal que depura
el deseo cordial de estarte unido.
Dígnate, Señor, en mí permanecer,
y quita de esta casa todo enredo
que pueda distraerme tu Presencia.
Quédate conmigo hasta el amanecer.
Después de recibirte ya no puedo
sin Ti ser, ni Tú ser sin ser mi esencia.
Fervor eucarístico
Al ver la devoción con que tus santos
se acercan a tu Mesa anhelada,
mi alma se me queda atormentada
no viéndome cual ellos, como tantos.
Y escucho de los ángeles los cantos,
el ir leve del alma enamorada
acudiendo a la Cena inmaculada,
y, mientras, entre súplicas y llantos,
exhausto de mí y de Ti hambriento,
a los pies de tu Altar, como mendigo,
espero de tu Pan solas migajas,
y gotas de tu Vino, que sediento
estaré; mas con ello ya bendigo
la espera de tus eternas alhajas.
Espera esperanzada
A Dios deja tu tiempo y tu medida.
A veces Él te da en un momento
mucho más que tú pediste, sin cuento.
Es su forma de ser en esta vida.
El espera que pongas en salida
todo gusto carnal, todo contento.
Que sólo a su bondad estés atento.
Ten el ansia del ego contenida.
Verás tu corazón tan dilatado,
tan presto a llenarse de Infinito,
tan breve el tiempo que ha pasado,
que todo te será como inaudito.
En ir a ti no es Él quien ha tardado,
eres tú con tu carga de finito.
Sentido deseo
Eleva, Señor, mi duro corazón;
no me dejes errante por la tierra,
pues aprendo, de tanto como yerra,
que mi vida es una torpe sinrazón.
Remueve de él ese caparazón;
quítamelo o tú mismo desferra.
Asaz larga, Señor, es esta guerra,
y la mía demasiada cerrazón.
Quémalo en la fragua de tu costado.
Aquilata en él, a tu manera,
el oro de tu amor en él fijado.
Siempre tuyo será y, cuando muera,
escuche yo, Señor, que has reclamado
a quien quiso morir en tu Madera.
Para comulgar y morir
Con suma devoción y amor ardiente,
más que todos tus santos desearon,
unido a los que tanto Te alabaron,
ansío recibirte humildemente.
A Ti voy, Señor, tú eres la fuente
que mis días de sed tanto anhelaron.
Ahora que ya esos se acabaron,
pon tu beso de amor sobre mi frente.
He creído vivir como creyente,
desde el día primero de mi vida,
en medio del tumulto de la gente.
Mas, ya sabes, mi Dios, lo que se siente
cuando, solo, he de hacer esta partida
tras cruzar hasta Ti tan frágil puente.
Humilde aceptación
No quieras conocer el insondable
Sacramento del Pan que a Dios contiene;
a tu corto entender no le conviene
intentar comprender lo inefable,
y deja que el Amor de amor te hable.
Si todo el Universo Él sostiene,
en su poderosa mano te tiene;
recíbelo con fe inquebrantable.
No tienta satanás a los perversos,
pues suyos considera ya logrados;
sólo prueba a los fieles fervorosos.
Estímulo a tu fe son estos versos;
mensaje de los ángeles alados
por que guíen tus pasos más hermosos.
Fin
del
Libro
Cuarto
De
Sonetos para la
Imitación
de
Cristo
Indice
Portada…………………………………………………………………… 1
Prólogo…………………………………………………………………… 2
Libro Primero…………………………………………………………… 17
Invitación al seguimiento……………………………………………… 18
El verdadero saber…………………………………………………….. 19
Dichoso aquel…………………………………………………………. 20
Hombre prudente……………………………………………………… 21
Buscando la Palabra…………………………………………………… 22
Inquietud………………………………………………………………. 23
Humilde esperanza…………………………………………………….. 24
Trato ejemplar…………………………………………………………. 25
Escuela divina…………………………………………………………. 26
Arte de hablar………………………………………………………….. 27
Opción de libertad……………………………………………………... 28
De Ti enamorada………………………………………………………. 29
La inevitable tentación………………………………………………… 30
Juez de nadie…………………………………………………………… 31
El puente del amor……………………………………………………... 32
Paciencia benevolente…………………………………………………. 33
Empeño divino………………………………………………………… 34
Santo deseo……………………………………………………………. 35
Hoy empieza…………………………………………………………… 36
A solas con Jesús………………………………………………………. 37
Gozosa penitencia……………………………………………………… 38
Torpeza humana………………………………………………………… 39
Hermana muerte………………………………………………………… 40
Juicio Final……………………………………………………………… 41
Enmienda fervorosa…………………………………………………….. 42
Libro Segundo…………………………………………………………... 43
Vivir en Mí……………………………………………………………… 44
Diálogo amoroso………………………………………………………… 45
Ser bueno………………………………………………………………… 46
Las alas del alma………………………………………………………… 47
Ciencia divina…………………………………………………………… 48
Perfecta alegría………………………………………………………….. 49
Amor verdadero…………………………………………………………. 50
Amistad de Jesús………………………………………………………… 51
Soñar despierto………………………………………………………….. 52
Única grandeza………………………………………………………….. 53
Seguir a Jesús……………………………………………………………. 54
A la Cruz………………………………………………………………… 55
Libro Tercero……………………………………………………………. 56
Oír al Señor……………………………………………………………… 57
Háblame, Señor………………………………………………………….. 58
Escucha, hijo mío…………………………………………………………59
Camina en mi presencia…………………………………………………. 60
Amarte sólo a Ti…………………………………………………………. 61
Prueba de amor…………………………………………………………... 62
Andar en humildad………………………………………………………. 63
Nada sin Ti………………………………………………………………. 64
Fuente de todo bien……………………………………………………… 65
Ofrenda de mí…………………………………………………………… 66
Diversos deseos…………………………………………………………. 67
Paciencia y lucha………………………………………………………… 68
Someterse a Dios………………………………………………………… 69
Cayeron las estrellas…………………………………………………….. 70
Aquí estoy, Señor…………………………………………………………71
El verdadero bien………………………………………………………… 72
Diálogo con Cristo………………………………………………………. 73
El trueque de la gracia…………………………………………………… 74
Aceptar las pruebas……………………………………………………….75
Alma entristecida………………………………………………………… 76
El don supremo………………………………………………………….. 77
El tesoro del corazón…………………………………………………….. 78
La paz del corazón………………………………………………………. 79
Tú solo cabe Mí…………………………………………………………. 80
La paz del alma………………………………………………………….. 81
Entre esclavo y libre…………………………………………………….. 82
Todo por todo……………………………………………………………. 83
Las miras humanas………………………………………………………. 84
Frente a tu amor…………………………………………………………. 85
Saber de ti………………………………………………………………... 86
Tú sobre todo……………………………………………………………. 87
Dejar y hallar……………………………………………………………. 88
Dios como centro………………………………………………………… 89
Luz indefectible………………………………………………………….. 90
Tentaciones por doquier…………………………………………………. 91
Contra los juicios humanos……………………………………………… 92
Paz y libertad……………………………………………………………. 93
Hijo, no esclavo…………………………………………………………. 94
Camino recto……………………………………………………………. 95
Deleite en el Señor………………………………………………………. 96
Dispuesto de buen grado………………………………………………… 97
La conveniente paz……………………………………………………… 98
Único Maestro…………………………………………………………… 99
Ver divino………………………………………………………………..100
Amor y confianza………………………………………………………..101
Sé Tú mi fortaleza……………………………………………………….102
Por la dificultad a la felicidad……………………………………………103
Mansión futura…………………………………………………………..104
Vida verdadera…………………………………………………………..105
La hora del Señor………………………………………………………..106
Humildad………………………………………………………………...107
Hijo de Dios……………………………………………………………...108
Vida espiritual………………………………………………………… 109
Gracia y naturaleza………………………………………………………110
Fe en Ti…………………………………………………………………. 111
Camino, Verdad y Vida………………………………………………… 112
Paciencia humilde………………………………………………………. 113
Los santos………………………………………………………………. 114
Descanso en Dios………………………………………………………. 115
Libro Cuarto……………………………………………………………..116
Dulce manjar…………………………………………………………….117
Sacramento de tu Presencia…………………………………………….. 118
Hambriento de Ti……………………………………………………….. 119
Alimento divino………………………………………………………… 120
Encuentro con Zaqueo………………………………………………….. 121
Deseos divinos………………………………………………………….. 122
Locura de tu amor………………………………………………………. 123
Indigno sacerdote………………………………………………………. 124
Comida de amor…………………………………………………………125
Contrición salvadora……………………………………………………. 126
El don de sí………………………………………………………………127
Total donación………………………………………………………….. 128
Gracia e inocencia……………………………………………………….129
Ansia de tenerte………………………………………………………….130
Sinrazón de amor………………………………………………………...131
Anhelo y unión…………………………………………………………..132
Fervor eucarístico………………………………………………………..133
Espera esperanzada………………………………………………………134
Sentido deseo…………………………………………………………….135
Para comulgar y morir………………………………………………… 136
Humilde aceptación……………………………………………………...137
Fin………………………………………………………………………..138
Autor:
Alfonso Gil González
74.464.302-P
Cehegín (Murcia) Año 2013