LA CAÍDA
Génesis 3
En el árbol estaba la serpiente
y, no lejos de allí, la Eva vana,
y quiso de él comer esa manzana,
despertando en su esposo el aliciente.
El árbol del saber, esta vez, miente
abriéndole a los dos inútil gana,
y el precepto de Dios así profana
la desnuda pareja que se siente.
Pero Dios, que pasea inadvertido
por el huerto creado por su empeño,
halla el modo eficaz de remediarlo.
A los dos sinvergüenzas ha vestido,
que, amén de padre, de los dos es dueño.
Y fuera del Edén habrán de amarlo.
Alfonso Gil González