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miércoles, 20 de mayo de 2015

FILOLOGANDO


Filologando


El profesor Juan Antonio Gómez Valero glosaba, el pasado día 4, en la Casa de la Cultura de Cehegín, la figura del autor del libro FILOLOGANDO, el franciscano Javier Gómez Ortín, fraile de vasta cultura que, una vez más, viene a nuestro pueblo para presentar un nuevo libro. Gómez Valero, ilustre Pregonero de nuestra Semana Santa 2011, habló de forma magistral sobre la vida y obra de su antiguo profesor de latín. Éste, a continuación, agradeciendo previamente los elogios de su aventajado alumno, fue resaltando algunas páginas del libro, en especial a las referidas al léxico religioso.
El libro está sencilla y bellamente editado por el Instituto Teológico de Murcia OFM, siendo el número 54 de la Serie Mayor de sus publicaciones, con un total de 534 páginas que lo convierten en un serio tratado sobre parte de lo que el autor franciscano ha ido escribiendo acerca del vocabulario y lenguaje murcianos. Especialidad ésta en la que Gómez Ortín destaca entre los mejores de la literatura hispana. Dividido en cuatro grandes bloques sobre dialectología, lexicología y toponimia murcianas, amén del dedicado a divertimentos lingüísticos, FILOLOGANDO, que incluye sendos apartados a siglas, léxico glosado y extensa bibliografía, adquiere carta de ciudadanía. A partir de ahora, ya no será tan extraño el neologismo inventando por el Padre Javier, allá por 1958. En palabras del propio autor, este libro es un compendio de “artículos, que se recopilan en apretadas gavillas”, sacados de otras publicaciones suyas. Y, aunque, como él resalta, los hay estrictamente inéditos, “todos poseen un referente antropológico común”, basados en el habla y la tierra de Murcia. Escasos serán los murcianos que sepan, como Javier Gómez Ortín, abordar las particularidades de lo que él llama el “habla dialectal murciana, o analizar los términos concretos con más atención y prolijidad, o clarificar nombres de lugares de nuestro ámbito territorial, descifrando su etimología.”
El acto del pasado sábado lo abría y cerraba, como corresponde, el concejal de cultura y colega del mismo claustro académico que el presentador, Nicolás del Toro Navarro. La presencia en el mismo de la primera autoridad municipal, del padre Guardián del Convento y de cehegineros de elevada cultura, daban a este evento el arropamiento y seriedad que merece un hombre como Javier Gómez, de altura intelectual indiscutible.

Alfonso Gil González

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