EL BUEN PASTOR
Mi buen Jesús, estás desfallecido
tras buscar por los montes y espesura
la oveja de tu amor que, por locura,
la huella de tus pasos ha perdido.
Oh, buen Pastor, te hallas tan herido,
tan falto de tu joven hermosura,
que sólo con mirarte ya se cura
dolencia de sin Ti haber vivido.
Quisiera de mi alma hacer el nido
donde puedas tranquilo cobijarte
y sanar las heridas que has tenido.
Mas ¿cómo, compasivo, puedo hablarte,
si todo Te lo das por bien sufrido
con tal de conseguir volver a amarte?
Alfonso Gil González