Desde mi celda doméstica
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sábado, 9 de mayo de 2015

LENGUAJE RELIGIOSO


Lenguaje religioso


Cuando la depuración de parte de la zurda española, Dios no lo quiera, afecte también al castellano, ya veremos cómo esos hombres de Dios entran a saco en la Real Academia –perdón, en la republicana academia-, para hacer un expolio, Dios sabe cómo, de todas aquellas expresiones de sacristía. Ya no podremos hacer un viaje, si Dios no lo remedia, a la fuente de nuestra lengua, porque ya no existirá Gonzalo de Berceo, que era clérigo, ni leer, por tanto, su Mester de Clerecía. Cuando algo nos salga bien, ya no será gracias a Dios. Ni saludaremos ni despediremos diciendo adiós, y menos vaya usted con Dios,  que viene a ser lo mismo. Del refranero habrá que quitar, por ejemplo, a Dios rogando y con el mazo dando. El mazo será suficiente –perdón, la hoz y el martillo-. O ese otro de a quien Dios se la dé, san Pedro se la bendiga. Bueno, ese es fácil de cambiar por “a quien Zapa se la dé, Laporta se la bendiga”.
Que Dios nos coja confesados, como estos depredadores de la cultura la tomen con nuestra literatura, y empiecen a eliminar a fray Luis de León, a santa Teresa, a san Juan de la Cruz, a Lope de Vega, a Tirso de Molina, a Luis de Góngora y a toda la pléyade de escritores que, por un motivo u otro, huelan a cera. Mira por dónde, los estudiantes podrán aprenderse lo que quede en un santiamén. Y como la cosa no puede quedar así, se meterán en las pinacotecas, y arramblarán con los grecos, los murillos, los velázquez, los zurbaranes… y no se van a salvar ni los picassos ni los dalíes. Y, luego, arremeterán contra la música. ¿Qué será del gran Tomás Luis de Victoria o del Padre Antonio Soler?  Tendrán que consolarse con Ramonzín o con Sabina. Vendrá, después, la escultura y… ¡adiós salzillos y montañeses!, por citar sólo dos de los innumerables escultores de lo religioso. ¿Habrá después de esto Navidad o Semana Santa? Y, por fín, la arquitectura, ya saben, las catedrales y basílicas, las iglesias todas… -¡si es que la chusma del 36 eran unos aficionados!-.
Para remate, como quedamos por aquí muchos meapilas, santurrones, amén de los que sólo mean agua bendita, a los que les dará lástima de vernos privados de tanta beatería y música celestial, nos irán eliminando entre abortos y eutanasias, a ver si, para el final del mundo, no quedaran ya más que san Pedro y san Pablo. Claro que, como Dios escribe derecho con renglones torcidos, a buen seguro que con Él todos saldremos ganando.

    Alfonso Gil González

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