Desde mi celda doméstica
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sábado, 2 de mayo de 2015

LA VUELTA DEL HIJO


LA VUELTA DEL HIJO


Tarde Te amé, amor de mis amores, 
Cristo mío, por mí crucificado; 
tarde hallé tu Cuerpo inmaculado, 
tras buscar en los otros sus favores.

Un mundo recorrí de pecadores, 
al salir de tu Casa, Padre amado; 
de todos, ese fue mi gran pecado; 
buscarme, la mayor de tus labores.

Mas ya estoy aquí, en tu regazo, 
al calor del hogar de tu costado, 
libre de mí mismo en el olvido.

Qué gozo da sentir que tu abrazo 
toda huída posible me ha cortado, 
y por siempre seré tu redimido.



Alfonso Gil González
Cehegín 20
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