Milana Bonita
En recuerdo permanente de Paco Rabal, el más internacional de los murcianos, Águilas tiene una asociación cuyo título nos recuerda a la película “Los santos inocentes”. Es muy digno de un pueblo perpetuar, así, la memoria de uno de sus más esclarecidos hijos. Cuatro años llevan de andadura. Cuatro años de aporte a la cultura aguileña. Podría haber sido una asociación de cinéfilos, o una peña paco-rabalista, sin más pretensión que la de perpetuar su memoria. Pero han sido más audaces. Con su presencia histórica, eso sí, han visto por conveniente que la asociación surgida tuviera su mirada en horizontes más amplios. Así, toda manifestación cultural o artística podría poner su pequeña o gran participación.
Tal es el caso del coro “Ciudad de Cehegín” que, en la noche del 22 de agosto, cerraba los distintos eventos conmemorativos con un colosal concierto, en la pérgola de la playa de poniente, con la asistencia de tan numeroso público que hubo de ocupar los asientos que le brindaba la madre naturaleza, una vez ocupadas las butacas del aforo pergolés. Boleros, habaneras, zorcicos y zarzuelas componían un programa sugestivo y popular. El enfervorizado oyente reclamó varios bises. Y todos, asociación, coro y público, volvieron a sus hogares con la certera impresión de haber participado en una bella manifestación de la cultura y del espíritu.
Milana Bonita ya no es sólo una expresión verbal. Los frutos que aporta a su pueblo la hacen referente para tantos otros que, puestos a celebrar, sólo lo hacen con comilonas y guateques, ciegos cual se hayan a la luz de la cultura, impidiendo que sus hijos se abran a las manifestaciones del alma, torpes casi siempre por la crápula a que les conduce su embrutecimiento.
Alfonso Gil González