Desde mi celda doméstica
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lunes, 11 de mayo de 2015

MONARQUÍA REPUBLICANA


Monarquía republicana


   También podría decirse república monárquica. Nada tengo contra una u otra forma de Estado. La monarquía, eso sí, ha sido quien nos ha configurado durante más tiempo. La república fue un intento europeizante, brevísimo, cuando en nada nos parecíamos a Europa. Vino, luego, la dictadura. Hemos sido más tiempo dictatoriados que republicados.
   En escasos seis años de república, una nueva constitución y una legislación cada vez más laica procuraron borrar, paulatinamente, esa pátina de religiosidad que nos caracterizaba ante el mundo. Desde el nacer al morir, la vida española se intentó que se desarrollara en la profanidad, mal llamada progresista. Podría decirse que aquellos intentos eran eso: una profanación del templo hispano.
   Pero, ahora, esta España evangelizada y evangelizadora; esta España de santos y de sabios; esta España madre de naciones ¿hacia dónde camina? Yo os lo diré. Camina hacia el no ser, hacia la nada camina. Desde 1978 nos habíamos hecho la ilusión de, manteniendo nuestras esencias, renovarnos, actualizarnos, al tiempo de seguir portando el bagaje histórico que nos definió durante siglos. Y hemos caído en la trampa tendida por el resentimiento, la mediocridad y el falso progreso, que todo es uno.
   ¡Si al menos nos hubiéramos quedado con lo mejor de la Monarquía, de la República y de la Dictadura!




Alfonso Gil González

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