Primer aniversario
Al cumplirse el primer aniversario de la Coral Santa Elena, de Caravaca, quiero agradecer a cada uno de sus componentes el esfuerzo, la constancia, el interés y las ganas de emplear su precioso tiempo libre en la reconfortante y bella tarea de cantar. Fue, exactamente, el día de Santa Cecilia, patrona de la música, cuando medio centenar de personas, casi todas ellas mayores que el director, y éste ya no cumplirá 64 años, se dispusieron a poner las bases de un gran orfeón polifónico para Caravaca de la Cruz. El que se consiga no dependerá sólo de esos abnegados y meritísimos cantantes, sino también del resto de la población caravaqueña.
Habría que asistir a sus ensayos para darse una idea del encomiable trabajo al que se auto-convocaron. Dos ensayos por semana y dos horas por ensayo. Mientras la mayoría de sus coetáneos juegan al dominó o las cartas, estos mayores del Santa Elena, algunos de los cuales están metidos, como suele suceder, en mil y un compromisos sociales y culturales, se han empeñado en interpretar a los grandes compositores, desde Bach a Cantó, sin el menor desánimo, a pesar de su ignorancia musical. a pesar de ser la primera vez que se someten gustosos a la disciplina de un coro, donde cada voz se pone al servicio del conjunto vocal con esa humildad tan propia de las grandes personalidades.
Un año, y ya han intervenido en público media docena de veces: tres encuentros corales, un homenaje a Soledad Pulido, una misa solemne en la restaurada iglesia de los frailes carmelitas y un concierto por dar, el próximo 24, en el Teatro Thuiller de su propia ciudad. Ello supone que la música religiosa y la profana o popular la llevan a la par en su memoria, y guardan con mimo en sus carpetas medio centenar de partituras con ansias y proyectos de futuro.
Sí, por todo ello, agradecimiento y felicitación. Si cuando las almas cantan las armas enmudecen, es posible que el germen de la paz y de la convivencia eche profundas raíces y fructifique en esta tierra del noroeste murciano que nos es tan caro.
Alfonso Gil González