Beso de Judas y prendimiento de Cristo
El beso de Judas está asociado a la traición. Cuantos traicionan son “judas”, aunque no besen. Cuantos besan pueden llegar a la traición en algún momento. Judas no es un tipo único. Todo ser humano es un “judas” en potencia.
La primera de las fidelidades debe ser la fidelidad a Dios. Después, o consecuentemente, la fidelidad al hombre. Uno es fiel a sí mismo si es fiel a Dios y a los hombres. Pero ser fiel no es servirse de, sino servir a. Un yo entregado, sin búsqueda de conveniencias propias, es un yo fiel.
Cuando nos servimos de algo para conseguir algo, aunque esto fuera el cielo, estamos dejando que aflore la personalidad judasiana. Servir a supone amar a, sin aspiraciones recíprocas. Como Dios.
Alfonso Gil González