SOBRE EL MATERIALISMO
Especialmente en e siglo XVIII, la palabra "materialismo" formaba parte de las teorías metafísicas, aunque dentro del apartado acerca de la naturaleza de la realidad misma.
El curso de la historia giró hacia el concepto de que el materialismo formaba parte de la dialéctica filosófica que, a su vez, tenía sus raíces en la dialéctica social. Y es esta dialéctica social la que termina acuñando el término "materialismo dialéctico", que derivó en "comunismo" o fue asumido por él en el Este europeo.
Como casi todo en la vida, el materialismo, ideológicamente hablando, también tiene su historia. Hay que remontarse, en Grecia, a Tales de Mileto, en el 580 a.C., y a todos los demás pre-socráticos, especialmente a Leucipo y Demócrito, y más tarde a Epicuro, muerto en el 270 a.C., cuya filosofía pasaron a la romana o latina por medio del poeta Lucrecio.
El materialismo, como ideología, languideció en la Edad Media, pero su pensamiento revivió en la Edad Moderna, en la primera mitad del siglo XVII, a través del sacerdote católico francés Pierre Gassendi, con su "materialismo atomístico", que pasaría a Inglaterra con Thomas Hobbes y, más tarde, retomado en Francia con René Descartes.
Ya en el siglo XVIII, Denis Diderot lo introduce en la Enciclopedia Francesa, y su amigo Paul, Barón de Holback, le publica, en 1770, su SISTEMA DE LA NATURALEZA.
Es en el siglo XIX cuando la filosofía materialista pasa a Alemania por los escritos de Hegel. No dejará de tener repercusión en las teorías sobre zoología evolutiva en los ingleses Darwin, Haeckel y Huxley.
Será en la primera mitad del siglo XX cuando el filósofo austriaco, Ludwig Wittgenstein trate del tema en la Universidad de Cambridge, aunque con criterios o aptitudes de cierta mística personal.
Hoy, el principal atractivo que puede tener el materialismo se refiere al campo de la ciencia. De hecho,él, como filosofía, es contrario tanto al espíritu hindú como a la filosofía tradicional china. No digamos nada de la filosofía judeo-cristiana, tan marcada por la presencia teocrática en el mundo, aunque sabiendo asumir, en la práctica, las conclusiones derivadas del mundo natural y científico; quedando así los materialistas en franca minoría dentro del pensamiento filosófico actual.
Por eso del vaivén de la historia, los novicios de casi todo intentan descubrir la cuadratura del círculo y, de vez en cuando, surgen pseudo-filósofos generando doctrinas trasnochadas, pensando inútilmente que la materia, per se, podría ser la explicación de lo inefable, con el peligro que ello conlleva de regresar a métodos y sistemas ya corrompidos por su propio fracaso en el devenir social e histórico.
Alfonso Gil González