Adán y Eva en el Paraíso
El lenguaje mítico, en que nuestros primeros padres son descritos en el libro del Génesis, es de una belleza singular. Toda la obra creadora vivía en paz y armonía, y la felicidad reinaba por doquier, sin resquicio alguno de mal. Era un anticipo del proyecto eterno de Dios sobre su Creación y sobre sus criaturas. La Belleza, la Verdad y la Bondad respondían a una sola Voluntad divina. El cielo en la tierra.
Cada criatura que viene al mundo trae en su inocencia un sello, un recuerdo atávico de aquel proyecto divino, de aquella situación maravillosa en que realmente la humanidad visible era imagen del Dios invisible, con Quien pasea y habla, como con un amigo. Sólo la decisión de cambiar ese proyecto por parte de la necedad humana da al traste, en este mundo, con la felicidad que se nos ha quedado como un deseo indestructible.
Alfonso Gil González