Dad al César lo que es del César
Los tres sinópticos cuentan esta escena provocada por el fariseísmo que intenta pillar, sea como sea, a Jesús quebrantando la ley humana y divina. La ley es lo que les importa a los que han puesto su seguridad en este mundo y, al tiempo, querrían asegurarse el pase a la eternidad. Pero Jesús conoce su malicia, porque sabe lo que hay dentro del corazón humano.
¿Acaso el César es poseedor de algo? Dadle ese algo que cree poseer. Pero Dios es el dueño absoluto de toda la Creación. También es dueño de los césares del mundo. “Dadle a Dios lo que es de Dios”. Tú y yo somos suyos, exclusivamente Suyos. ¡DÉMONOS A ÉL!
Alfonso Gil González