PARA COMENZAR EL DÍA
Porque quiero empezar esta jornada
con gozo de vivirla santamente,
pon tu mano, Señor, sobre mi frente
y todo lo tendré, sin Ti, por nada.
Porque tengo mi voz acostumbrada
de usarla por Ti entre la gente,
haz que ella traduzca de tu mente
la bondad de su Dios en Ti anunciada.
Sólo quiero que Tú seas mi paga,
que todo otro don me es hastío
por mucho que su aprecio nos halaga.
Todo mi ser bendícelo, Dios mío:
lo que piense, hable y lo que haga.
Este día, Señor, te lo confío.
Alfonso Gil González