Coronado de espinas
Mateo,
Marcos y Juan nos narran la escena que contemplas. Los soldados de Pilatos se
reunieron alrededor de Jesús. Le desnudaron y le pusieron un manto de púrpura.
Trenzaron una corona de espinas y la colocaron sobre su cabeza. Y en su mano
derecha pusieron una caña. Y doblaban ante Él la rodilla, diciendo: “¡Salve,
rey de los judíos!”. Le escupían, le daban bofetadas, le golpeaban con la caña
en la cabeza, y se burlaban de Él.
Tras
semejante comedia, le volvieron a quitar el manto, le vistieron su túnica y se
lo llevaron a crucificar. ¡Qué valientes son los que llevan armas frente a los
indefensos!
Alfonso Gil González