Desde mi celda doméstica
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viernes, 19 de junio de 2015

LÁMINA Y MENSAJE (35)



Cristo en el sepulcro


Mateo 27 es taxativo. Al atardecer de aquel primer viernes santo de la historia, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo de Jesús. Se presentó a Pilatos y pidió el cuerpo de Jesús. Pilatos dio orden de que se le entregase. José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en  un sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca. Luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue. Sentadas frente al sepulcro quedaron las mujeres que iban con Jesús.

José de Arimatea era miembro del Consejo de Ancianos. Él sí esperaba el reino de Dios, porque era hombre bueno y justo y no estuvo de acuerdo con el proceder de los demás sanedritas en la condena de Jesús.  
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