Cristo en el sepulcro
Mateo
27 es taxativo. Al atardecer de aquel primer viernes santo de la historia, vino
un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo
de Jesús. Se presentó a Pilatos y pidió el cuerpo de Jesús. Pilatos dio orden
de que se le entregase. José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y
lo puso en un sepulcro nuevo que había
hecho excavar en la roca. Luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada
del sepulcro y se fue. Sentadas frente al sepulcro quedaron las mujeres que
iban con Jesús.
José
de Arimatea era miembro del Consejo de Ancianos. Él sí esperaba el reino de
Dios, porque era hombre bueno y justo y no estuvo de acuerdo con el proceder de
los demás sanedritas en la condena de Jesús.